jueves, 15 de diciembre de 2011

Las bebidas energéticas pueden representar un peligro para la salud

Hoy en día cada vez más personas confían en las bebidas energéticas para mantenerse alerta, con energía y rindiendo al 100 %. Se calcula que las ventas de bebidas energéticas ascienden aproximadamente a 9000 millones de dólares en Estados Unidos, un aumento del 440 % durante los últimos diez años.  

Las bebidas energéticas se usan por diversas razones; la más habitual es para aumentar el 
nivel general de energía y alerta, y para combatir la sensación de cansancio asociada con la 
falta de sueño

Pero las bebidas energéticas no ofrecen
energía duradera y, de hecho, pueden ser bastante peligrosas. Cargadas con grandes concentraciones de azúcar refinada, ofrecen una pequeña cantidad de energía conocida como «impulso» pero, al cabo de pocas horas, descubrirá que la energía ha desaparecido y vuelve a quedar con sensación de letargia y somnolencia

El consumo excesivo de bebidas energéticas también puede provocar hipertensión
palpitaciones, irritabilidad, angustia, dolores de cabeza e insomnio. Cuando se mezclan con alcohol, pueden causar deshidratación, temblores y un aumento del riesgo de problemas cardiovasculares como arritmias.

Miguel Ángel Rubio, secretario de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), advierte de que «las bebidas energéticas contienen mayor cantidad calórica y de cafeína que un refresco de cola de referencia. Realmente no están diseñadas para mejorar ni el rendimiento intelectual ni el físico».

Para Patricia López Legarrea, del departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología de la Universidad de Navarra, «lo que más distingue a estas bebidas es su contenido en cafeína que estimula el sistema nervioso central y puede aumentar el rendimiento muscular y la utilización de los ácidos grasos como fuente de energía e induce al consumidor a experimentar una sensación de bienestar y de alerta. Por su parte, la taurina es un aminoácido esencial que participa en el metabolismo de las grasas y que se halla en el organismo en una cantidad insuficiente. En cuanto al guaraná es una planta que crece en Venezuela y Brasil y su componente químico es idéntico a la cafeína»


Por su parte, Emma Ruiz Moreno, directora de proyectos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), afirma que, en la actualidad, «algunos de sus ingredientes como taurina, glucuronolactona e inositol no están muy estudiados y todavía se está evaluando su posible efecto sobre el rendimiento intelectual».



Un estudio realizado por un grupo de investigadores del Hospital Henry Ford en Detroit, EE UU, y publicado en marzo del año pasado en la revista «Annals of Pharmacotherapy» revela que las personas que tienen la tensión arterial alta o enfermedades del corazón deben evitar el consumo de bebidas energéticas. Según el autor del estudio, el Dr. James Kalus, «los niveles de cafeína y taurina que poseen son los responsables de ocasionar estas patologías. En concreto, la dosis de cafeína equivale a dos tazas de café». Los investigadores observaron que la persona que ingería esta bebida la frecuencia cardíaca aumentaba un 7,8 %, mientras que la presión arterial un 7%.

Para el Dr. Carlos Tejero-Juste, vocal de comunicación de la Sociedad Española de Neurología (SEN), «la cafeína crea un fenómeno de tolerancia y, a grandes dosis, se produce a nivel neurológico no sólo una activación del propio sistema sino, además, una saturación del mismo lo que se traduce en una merma de la capacidad intelectual». 

En un reciente estudio publicado en Pediatrics, el Dr. Holly Benjamin de la American Academy of Pediatrics aconsejaba a los padres y pediatras que mantengan las bebidas para deportistas y las bebidas energéticas alejadas de los niños y adolescentes. El Dr. Holly alega que estas bebidas contienen cafeína, azúcar y otros estimulates que no son recomendables y que contribuyen a la obesidad infantil.

El Dr. Stephen Cook, del Centro Médico de la Universidad de Rochester, afirma que su principal preocupación es el papel que están adoptando este tipo de bebidas y que pueden alterar la absorción de Vitamina D u otras sustancias en la dieta de los niños. Por ejemplo, la disminución en el consumo de leche para la absorción de Calcio y el desarrollo de los huesos.

Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda denominarlas estimulantes, en lugar de energéticas. En cualquier caso, conviene leer detenidamente su composición y evaluar su ingesta en función de las enfermedades o dolencias de cada uno». En algunos países como en Francia no fue hasta 2008 cuando se autorizó su venta, antes estaba prohibido

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