jueves, 20 de octubre de 2011

La piel, espejo de nuestra salud

Eccemas, dermatitis por contacto, dermatitis atópica, infecciones por hongos, acné, herpes o verrugas son algunas de las enfermedades dermatológicas más comunes. Para mantener la piel sana es importante seguir un estilo de vida saludable, con una alimentación adecuada, realizar ejercicios de estiramiento, de respiración, y desarrollar hábitos diarios.

No es fácil mantener la piel sana. Su salud depende del estado y del funcionamiento de los diferentes órganos del cuerpo humano. El origen de muchos trastornos cutáneos se encuentra en alteraciones hormonales, una dieta tóxica o desequilibrada, estreñimiento crónico, infecciones bucales, etc. Por otro lado, en la piel se reflejan sentimientos y emociones como vergüenza o angustia, rubor, miedo o ansiedad.

Todo lo que se refleja en la piel son signos evidentes del estado del organismo en su integridad.
Para mantener la piel sana es importante seguir un estilo de vida saludable. Esto incluye buenos hábitos alimenticios, con una dieta sana y equilibrada y realizar ejercicio físico. Además, es conveniente controlar el estrés y, en el caso de que sea necesario, utilizar tratamientos a base de plantas que nos ayuden a que recupere su salud y vitalidad.



 Algunas de las enfermedades más comunes de la piel son:

- Eczemas: Provocan sensación de picazón. La piel se inflama, tiende a un tono rojizo, se reseca y, en casos más severos, se forman escamas (así ocurre, por ejemplo, con la psoriasis). Las personas que sufren ciertos desórdenes inmunológicos o alergias tienen tendencia a la aparición de eccemas.


- Dermatitis por contacto: Es una reacción de la piel consecuencia de la exposición a alérgenos (dermatitis de contacto) o irritantes (dermatitis irritante de contacto)

- Dermatitis atópica: Es una inflamación crónica de la piel que presenta una gran sensación de picazón. Afecta a entre el 10 y el 20% de la población en países desarrollados. Tiene un componente hereditario importante. Algunos factores que contribuyen a empeorarla son los cambios de temperatura y humedad, infecciones de la piel y el estrés.


- Infecciones por hongos: Los hongos causan picazón y desprendimiento de escamas, que aparecen y desaparecen con el paso del tiempo. Una vez que se sufre una infección, ésta va y viene. Las infecciones por hongos pueden aparecer en personas de todas las edades. Tienen predilección por algunas partes del cuerpo: piel, pelo y uñas. Unas defensas bajas facilitan la infección.


- Acné: Es una enfermedad inflamatoria de la piel causada por una infección bacteriana en la que se produce una acumulación en las glándulas sebáceas de grasa y bacterias, y una actividad hormonal acelerada. Su manifestación puede ir desde unas cuantas espinillas negras a quistes llenos de infección purulenta. El acné es muy frecuente en la adolescencia, aunque éste puede persistir e incluso aparecer por primera vez en la edad adulta. En este segmento de afectados, el origen está, en la mayoría de los casos, en desórdenes hormonales.


- Verrugas: La mayoría son ocasionadas por el virus del papiloma humano. Se suelen relacionar con nuestras defensas o el estado de nuestro sistema inmunológico. Siempre nos afectarán más cuando estamos más debilitados. Otras verrugas (las genitales) suelen estar causadas por contagio de una enfermedad venérea.
Agresiones externas

Mantener la piel en buen estado no sólo depende de factores hereditarios o de no sufrir alteraciones cutáneas como dermatitis, psoriasis o similares. Parte de su aspecto obedece directamente a los cuidados que le dispensamos. Por eso, conviene evitar la exposición al sol sin protección, el aire acondicionado, el tabaco, la contaminación ambiental o un estilo de vida inadecuado.

En definitiva, nuestra piel nos da una muestra de lo que esta ocurriendo en nuestro interior. Si nuestra piel esta sana, nuestro interior esta sano.


Es como si comparásemos nuestro cuerpo con un enorme iceberg. Solo vemos una parte del mismo que sobresale por encima del mar. Pero por debajo, sumergido, están las otras 9/10 partes del iceberg que no se ven. Así pues nuestra piel es el fiel reflejo de nuestro organismo. Y por lo tanto, a piel sana, cuerpo sano...




Para conseguir tener una piel sana y por ende, un interior sano, es recomendable usar el tratamiento completo Y-AGE, compuesto de Glutathión, Carnosina y Aeon, que realizan en nuestro interior, una completa limpieza a nivel celular, seguida de una regeneración de tejidos, que hará que nuestra piel vuelva a brillar radiante de salud.